¿FASCISTA, INDIFERENTE O GUARIMBERO?

El régimen dictatorial que oprime al pueblo de Venezuela, ha logrado con sus políticas públicas de anarquismo, guerra económica y lenguaje comunicacional, la segmentación en grupos de la sociedad venezolana en su deseo de participación política y como es su estilo lo hacen de forma despectiva.

En una crisis social tan indecible, las personas dentro del país, ya no respetan entre ellos su condición de connacionales y ya tampoco se califican por su afinidad con algún partido político, como solía suceder antes del Gobierno de Chávez (adeco, copeyano o masista).

Ahora el pueblo identifica con claridad, los conceptos de fascista (afecto a ultranza al gobierno dictatorial) – <<ni-ni>> indiferente (sabe lo que vive en una dictadura, pero prefiere esperar a que los demás hagan y todo se resuelva)  o guarinbero (activista político de cualquier otro partido político <<que no sea del partido del gobierno dictatorial>> e inclusive de la llamada resistencia civil, el cual no tiene credibilidad en los partidos políticos).

Seamos sinceros con nosotros mismos, respondamos estas dos preguntas: ¿Es usted racista, intolerante, xenófobo, se creyó por encima de los demás ciudadanos? Si la respuesta es afirmativa, usted es un fascista, independientemente, si es de los que apoyen la dictadura, de los que luchan por el restablecimiento de la democracia o simplemente lo que están sentados esperando, a que algo suceda.  ¡Hagamos memoria!

El Fascista se creyó un ser superior por tener la piel morena y descalificar, al de piel blanca o viceversa, no se percato que realmente, las políticas públicas que supuestamente estaban dirigidas para erradicar la discriminación racial, lo que hicieron fue acentuar el odio y separar a hermanos de un mismo país, convirtiendo la raza (Afro, indio, blanco o mestizo), según la conveniencia del dictador, en un asunto de supremacía, mientras que el indiferente veía la situación y decía ellos son (Afro, indio, blanco o mestizo) y se entienden.

El Fascista estaba convencido que los migrantes españoles, italianos, alemanes, árabes, latinoamericanos y otros tantos mas, eran el problema, porque ellos con sus costumbres no se adaptaban a la cultura Venezolana. Luego se dieron cuenta, que las políticas públicas de expropiación y saqueo que implementó la revolución, además de ser una de las causas del desempleo y la falta de inversión extranjera,  en el país, denominada por el dictador “guerra económica”, lo convirtió  en un individuo intolerante y xenófobo, hasta que salieron del país y se dieron cuenta del mundo que habían creado. A lo cual, el indiferente antes veía esta situación y decía mientras esas medidas no me afecten a mí, el problema no es mío. ¡Y ahora!

El Fascista,  ve con preocupación que no hay alimentos, ni medicamentos, que el mal llamado bachaquero, comisionista, gestor, corrupto, lejos de solucionar las cosas, lo que han hechos es agravarla, al punto de haber más corrupción e hiperinflación. A lo cual, el indiferente, continuando en su posición, decía no me importa yo viajo y trabajo, con los dólares que me gane fuera del país, aquí en Venezuela es un dineral, puedo resolver y vivir tranquilo.

La línea de la pobreza es tan delgada, que el fascista y el indiferente, observan que en las calles, avenidas, centros comerciales, supermercados, no hay nada que puedan adquirir para satisfacer sus necesidades y que ahora tienen menos libertades y derechos.

Ahora que la supremacía populista de la dictadura y su organización delincuencial, tocan a sus puertas mostrándoles, que no hay medicamentos,  servicios, seguridad y alimentos, ambos grupos reaccionan.

Percatándose en su frustración, que al no concebir y cuidar los principios y valores con los cuales se convive en sociedad, contenidos en  democracia, como lo son la IGUALDAD, SOLIDARIDAD, PLURALIDAD y PROGRESO, sin ellos, es imposible recuperar el orden constitucional y en consecuencia el restablecimiento de un Estado de derecho.

Por último, les dejo un pasaje bíblico, que conseguí en mi Biblia, en el libro de Mateo 7:12, se lee:

“Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los Profetas”

Esta expresión fue recogida por la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” de 1793 e incorporada como preámbulo de la Constitución del pueblo francés.

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