A LOS PRESOS POLÍTICOS DE VENEZUELA

Pronto llegará el día en que acabe su injusta e infame prisión política. El país está en deuda, la mayoría de ustedes han sido privados de libertad, debido a sus convicciones, creencias y actividades de tipo político.

El pueblo de Venezuela les pide que resistan. Somos seres humanos y en medio de la vulnerabilidad eminente a la que estamos expuestos, la mente y el espíritu juegan un papel importante en la estabilidad emocional. Agárrense de donde les sea posible, tal vez un recuerdo familiar grato, una escena de amor inolvidable, el olor de la arepa en el budare, el café recién hecho en la mañana, un abrazo de despedida, un baile con la mujer deseada, escuchar el sonido del mar nuevamente o el de las aves en el campo. Deben permanecer vivos.

Aunque la dictadura aun oprime al pueblo de Venezuela, con el fin de acallar las opiniones discrepantes especialmente de los más jóvenes, continúa de forma sistemática procesando injustamente a las personas, violando las garantías constitucionales y sus derechos fundamentales. A pesar de todo esto, el pueblo no se rinde. Cada día las familias Venezolanas oran por la libertad de la nación y muy especialmente este fin del año 2018.

Estoy seguro que Dios ha debido escuchar el clamor de cada familia reunida en sus casas, implorado el nombre de Jesucristo, un pueblo en formal arrepentimiento. Un llamado a la misericordia y su intervención divina, no solo por la libertad del país, sino porque cada uno de ustedes, puedan resistir a la opresión del tirano, al mismo tiempo que la fe, esperanza y el amor, crezca en sus corazones, sabiendo que todos, pero especialmente sus familiares y amigos, luchamos esperando la libertad deseada.

Para finalizar, les dejo esta porción de un pasaje Bíblico.

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.” Mateo 5:6  (RV1960)