LOS PRESOS POLÍTICOS, DEL REPRIMIDO PUEBLO DE VENEZUELA.

Un preso político o prisionero político es cualquier persona física a la que se mantenga en la cárcel o detenida de otro modo, por ejemplo bajo arresto, sin haber cometido un delito tipificado sino porque sus ideas supongan un desafío o una amenaza para el sistema político establecido, sea este de la naturaleza que sea.

La legislación actual considera, por lo general, que la prisión por motivos políticos es una violación a los derechos humanos de libertad de conciencia y expresión. Organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional, se movilizan en todo el mundo solicitando un juicio justo para los presos políticos.

Gobiernos de toda tipología (comunistas, fascistas, teocráticos, populistas o democráticos liberales) han detenido a prisioneros políticos. En la Unión Soviética, usaron diagnósticos psicológicos dudosos para detener a prisioneros políticos. En la Alemania nazi, prisioneros de noche y niebla fueron las primeras víctimas de la opresión fascista. Los gobiernos mismos en general niegan la existencia de prisioneros políticos en su país. Por ejemplo, durante la Guerra de Vietnam, el gobierno de Vietnam del Sur negó que tuviera prisioneros políticos, a pesar de que aproximadamente 100.000 civiles estaban encarcelados en 41 complejos de detención. Estos incluyeron a miembros del Frente de Liberación Nacional (FLN), incluso a jefes de aldea, maestros, recaudadores de impuestos, carteros, personal médico, y muchos campesinos cuyos familiares eran miembros del FLN.

El gobierno dictatorial de Nicolás Maduro, no es la excepción, pero esta vez es noticia por la liberación de un grupo reducido de presos políticos, detrás de ello seguro existirá una negociación, tres asuntos a favor del régimen y dos a favor del reprimido pueblo de Venezuela.

La organización Foro Penal tienen en sus registros solo 271 presos políticos, en el 2017 se registraron 800 detenciones entre marzo y agosto, a lo cual habría que restarle 36, que es el número de ciudadanos liberados.

Es común, ver estas respuestas, en entrevistas a presos políticos de todas las partes del mundo, que han sido liberados por sus opresores. Podríamos preguntarle a cada preso político en Venezuela, ¿cuánto tiempo duro su detención?  la respuesta será una medición en días. Le podríamos preguntar ¿si sabía lo que pasaba cuando le detuvieron?  la respuesta será, generalizando un poco, que era un sitio no convencional y solo cuando se encontraba en ese cuarto o celda, junto con otros detenidos, entendía donde estaba y cuales serian sus condiciones del tiempo. Si le preguntas ¿de qué te acusaban? de seguro responderían, de todo tipo de cosas y que ha tenido que exponer una y otra vez, sus historias laborales, de los últimos 25 años. Si le preguntas ¿Tenías libros que leer, periódicos o un lápiz y papel, para ejercitar su mente? te responderían, no, nada de eso. Si le preguntas ¿Cómo sobreviviste a ese horror? te responderían, tratando de tener una buena aptitud, haciendo ejercicio, descansando con una camisa en la cara para soportar la luz y esperando en Dios.

Cuando lograron liberarse, podríamos observar en sincronía, un llanto incontrolable, un abrazo fuerte de sus seres queridos y a pesar de los hipócritas intentos de buena voluntad del régimen totalitario de Nicolás Maduro, ni una charla institucional, ni una cena esplendorosa, superarían el deseo de salir de ese lugar.

Y si los encuentras en las calles, al preguntarle de estas cosas que referí, podrías notar en ellos, una especie de “Síndrome de Estocolmo” ó de la <<de la Habana>>, por lo condescendiente de sus respuestas. Pero realmente, han desarrollado una capacidad colectiva entre sus compañeros de celda, de ver lo bueno de toda esta situación. Están vivos, de vuelta en sus hogares y en compañías de sus seres queridos.

Como en todas las historias de dictadura y violaciones de derechos humanos, el tirano y su grupo delincuencial también caerán, De seguro en nuestra reprimida Venezuela, las experiencias de los prisioneros políticos  se transformaran en textos políticos de referencia.

Para concluir les dejo, un pasaje que conseguí en mi Biblia, en el libro de Hechos, capitulo 16, versículos del 25 al 26, el cual dice lo siguiente:

A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban.  De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas.”

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